11 - Capítulo 11:14-18 — La séptima trompeta

Libro del Apocalipsis


El sonido de la séptima trompeta anuncia la tercera y última desgracia. Es la ocasión para que nosotros seamos transportados al cielo y escuchemos grandes voces anunciar buenas noticias, la introducción del Milenio en la tierra: «El reino del mundo de nuestro Señor y de su Cristo ha llegado; y reinará por los siglos de los siglos» (v. 15, Dan. 7:14). Ese gran día llegará al fin, cuando el gobierno de este mundo esté en las manos del Señor Jesús (Is. 2:11).

El cielo entero se regocija y los 24 ancianos (que simbolizan a los santos celestiales) adoran dando gracias a Dios (v. 16; 19:4). Aparecen por cuarta vez (cap. 4:10; 5:8; 7:11) y se postran como antes, exponiendo sus motivos para hacerlo: «Porque has tomado tu gran poder y reinas» (v. 17).

La introducción del reinado de Cristo trae la bendición al pueblo de Dios, pero también anuncia una «desgracia» (v. 14) para los que moran en la tierra, los que han rechazado a Cristo y su mensaje para unir sus deseos y sus afectos a las cosas de la tierra. Esos últimos juicios antes del reino serán detallados en la siguiente sección del libro (cap. 16). Las 7 copas se superponen a la séptima trompeta, en el momento del tercer ay.

Los ancianos anuncian entonces un último mensaje: la ira de las naciones contra Cristo y los suyos (Sal. 2 y 83; Joel 3:9-13; Zac. 14:2-4) se encontrará con la ira de Dios (v. 18; Rom. 3:5-6; Hec. 17:31). Esto no es más un «principio de dolores» para el mundo, sino el día de la ira de Dios y del Cordero.

Ese será «el tiempo de juzgar a los muertos». Esta declaración concierne solamente a los incrédulos (Juan 5:29). El juicio de los vivos tiene lugar antes del milenio (Mat. 25:31-41). Al contrario, la resurrección de los muertos que no tienen la vida de Dios y su juicio delante del gran trono blanco solo tendrán lugar al final del reino de Cristo (cap. 20:5, 12). La profecía dada aquí es general, para presentar el gobierno de Dios en su conjunto.

Es también el tiempo de las recompensas. Los siervos y profetas de Dios, los santos y todos los que, a través de las edades, han mostrado su temor a Dios, recibirán su recompensa, mientras los que han rechazado la gracia de Dios sufrirán el castigo de una destrucción eterna (2 Tes. 1:9).

11.1 - Conclusión

El sonido de la séptima trompeta, anunciando la venida del tercer ay, concluye esta parte del libro (cap. 6 al 11:18), por la venida del reino del mundo de Dios y de su Cristo.

Las siguientes profecías son introducidas por la visión del templo de Dios abierto y del arca de su pacto. Israel y el aspecto religioso de los acontecimientos que le conciernen estarán más particularmente en evidencia.

El Apocalipsis es el libro de las cosas que están abiertas, en 7 grandes ocasiones:

  1. Una puerta es abierta en el cielo (cap. 4:1).
  2. Los sellos son abiertos (cap. 6:1; 8:1).
  3. El pozo del abismo es abierto (cap. 9:2).
  4. El templo de Dios es abierto (cap. 11:19).
  5. El templo del tabernáculo del testimonio es abierto (cap. 15:5).
  6. El cielo es abierto (cap. 19:11).
  7. Los libros de los juicios son abiertos (cap. 20:12)

En los capítulos 6 al 11 asistimos a los acontecimientos que sobrevendrán sobre toda la tierra cuando el Cordero rompa los sellos del libro de los juicios (los 7 sellos y las 7 trompetas). Esta parte finaliza con la celebración de la entrada de Cristo en su reino y mencionando los juicios y las recompensas que tendrán lugar al final de este reino, sin otra precisión. Los juicios que intervendrán sobre las naciones rebeldes al final del reinado de 1.000 años, como también la llegada del «tiempo de juzgar a los muertos», acontecimientos descritos en Apocalipsis 20:7-15, son evocados en el versículo 18 del capítulo 11. Al final del capítulo 11 (v. 19) hasta el capítulo 15 se abre un cuadro de los principales actores de la escena final, la que precede inmediatamente a la introducción del reino.


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