El Señor Está Cerca

Jueves
19
Diciembre

Saúl dijo… Jehová ha dado salvación en Israel.

(1 Samuel 11:13)

Empezar bien… y terminar bien

Saúl comenzó bien como rey, y rápidamente recibió el apoyo del pueblo, quienes clamaron con alegría: “¡Viva el rey!” (1 S. 10:24). Sin embargo, poco después, los crueles amonitas rodearon Jabes de Galaad y exigieron no solo su rendición, sino también que cada hombre se arrancara el ojo derecho (v. 2). Simbólicamente, estos amonitas podrían representar a Satanás como un adversario sutil que nos ofrece un trato, pero solo si estamos dispuestos a renunciar a nuestra visión y discernimiento espiritual (“el ojo derecho”).

Saúl formó un ejército rápidamente y obtuvo una gran victoria sobre los amonitas. Demostró que podía ser un buen líder al mostrar generosidad hacia quienes se habían burlado de él. Cuando el pueblo quiso vengarse de sus burladores, Saúl dijo: “No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel”. Entonces, al mandato de Samuel, el pueblo confirmó el reinado de Saúl en Gilgal, ofrecieron sacrificios y se alegraron mucho (v. 15).

¡Qué buen inicio! Sería ideal si la historia de Saúl acabara ahí. Tal vez esperamos lo mismo de algunos que hoy en día confiesan al Señor y tienen un buen comienzo. Al igual que aquellos cuyo corazón es como “pedregales”, que escuchan la Palabra y la reciben con gozo, pero tropiezan cuando surgen problemas o persecuciones a causa de la Palabra (véase Mt. 13:20-21).

Como dice la Escritura: “No se alabe tanto el que se ciñe las armas, como el que las desciñe” (1 R. 20:11). Es importante empezar bien, pero es la perseverancia en la fe lo que demuestra una fe genuina. Me gusta el final de otro Saúl (Saulo de Tarso), quien acabó su vida como uno de los grandes hombres de Dios al decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Ti. 4:7).

Grant W. Steidl

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