El Señor Está Cerca

Día del Señor
29
Diciembre

¿Quién nos separará del amor de Cristo?… Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

(Romanos 8:35, 37)

Los aspectos del amor de Cristo

El amor eterno de Cristo es nuestra porción perdurable. Nada en el universo es tan poderoso. Somos más que vencedores sobre todas las evidencias del poder del enemigo. Sansón, un tipo del vencedor, mató a un león joven. Posteriormente, las abejas hicieron su morada en el león muerto, y su miel produjo alimento y dulzura. En lo que amenazaba a Sansón con la destrucción, él encontró fuerza y refrigerio. En todo lo que asalta nuestro camino, somos más que vencedores y nada puede separarnos de Su amor.

En Efesios 5:25 podemos ver la entrega del amor: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. Se entregó a sí mismo en el valor infinito de su Persona. Por tanto, tiene todos los derechos sobre la Iglesia y sigue cuidando de ella, santificándola y purificándola. Cuando llegue el día de gloria, él la presentará a sí mismo “una iglesia gloriosa”, sin mancha ni arruga ni cosa semejante (Ef. 5:27). Entonces la plenitud de su amor se manifestará públicamente.

En Efesios 3:19 podemos ver la naturaleza ilimitada del amor de Cristo: “Conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento”. Esto puede sonar contradictorio: conocer el amor de Cristo que excede todo conocimiento. Sin embargo, a medida que estamos fortalecidos por su Espíritu, podemos entender la inmensidad de su amor, que es como un océano sin fin que nunca podremos explorar por completo. Y nuestra capacidad espiritual para apreciar y disfrutar este amor irá creciendo constantemente.

En Gálatas 2:20 se habla del amor de Cristo hacia cada uno de nosotros individualmente: “[El] Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. El apóstol Pablo sabía que Cristo lo amaba personalmente y siempre recibía dirección de aquel que lo amó y se entregó por él. El amor de Cristo lo motivaba a servir y era la luz por la que caminaba. Meditemos en el amor de Cristo en sus multiformes aspectos y disfrutemos de él personalmente.

W. Magowan

arrow_upward Arriba