El Señor Está Cerca

Jueves
7
Diciembre

¿Sabes tú el tiempo en queparenlas cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo? ¿Contaste tú los meses de su preñez, y sabes el tiempo cuando han de parir? Se encorvan, hacen salir sus hijos, pasan sus dolores.

(Job 39:1-3)

El Señor enseña a Job a través de la creación

Hace unos años, mi esposa y yo estábamos de viaje y vimos varios ciervos pastando al borde de la carretera. Asustados, los animales huyeron al bosque. Cuando vemos ciervos, a mi mujer le gusta hablar de ellos: los admira por su noble belleza y sus gráciles movimientos. Pero en esta ocasión parecía más absorta que de costumbre y, finalmente, tras un momento de silencio, me hizo esta pregunta: «¿Has pensado alguna vez en las ciervas cuando dan a luz en el bosque? ¿No sientes compasión por esos animales que sufren en ese momento y están solos?» Inmediatamente pensé en los versículos de hoy, los cuales había leído el día anterior; y que relatan las palabras que el Señor le dijo a Job. Sabiendo que mi mujer había dado a luz ella misma a seis hijos, y que sentía simpatía por los ciervos, le compartí en ese momento mis pensamientos sobre este pasaje de la Escritura: los ciervos que dan a luz no están solos, Dios vela por ellos.

Qué hermoso es ver, en el libro de Job, el cuidado de Dios por su creación. En los capítulos 38-42, el Señor le habla a Job desde un torbellino, respondiendo a la queja del patriarca: “Yo hablaré, y respóndeme tú. ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo?” (Job 1:22-23). El Señor le respondió a su desafío revelándole su gloria y poder en la creación. Job recibió una lección sobre los orígenes de la creación, los ciclos climáticos, las maravillosas y variadas criaturas y sus hábitos en la naturaleza. Todo está bajo el poder y la mirada de Dios; nada escapa a su mano ni de su atención. Incluso se registra el tiempo de gestación de los ciervos. Cuando llegamos al Nuevo Testamento, el Señor da a sus discípulos una lección acerca de la creación: “Mirad las aves del cielo… ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mt. 6:26). Él ve a la cierva en sus dolores de parto, y ve las tribulaciones de sus hijos.

Brian Reynolds

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