Nuevo Testamento
Concordancia
- Mateo 8 v. 12
- pero los hijos del reino serán echados a la oscuridad de afuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
- Mateo 8 v. 13
- Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y según creíste, te sea hecho. Y su criado quedó sano en aquel momento.
- Mateo 8 v. 14
- Viniendo Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de este acostada y con fiebre.
- Mateo 8 v. 15
- Le tocó la mano y se le quitó la fiebre; y ella se levantó y le servía.
- Mateo 8 v. 16
- Llegada la tarde, le trajeron muchos endemoniados; y echó fuera los demonios con una palabra; y sanó a todos los que tenían algún mal;
- Mateo 8 v. 17
- de modo que se cumpliera lo que dijo el profeta Isaías: «Él mismo tomó nuestras debilidades, y cargó con nuestras enfermedades.» [Isaías 53:4]
- Mateo 8 v. 18
- Viendo Jesús una multitud a su alrededor, mandó pasar a la otra orilla.
- Mateo 8 v. 19
- Acercándose un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
- Mateo 8 v. 20
- Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
- Mateo 8 v. 21
- Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
- Mateo 8 v. 22
- Jesús le dijo: Sígueme; y deja que los muertos entierren a sus muertos.
- Mateo 8 v. 23
- Entrando él en una barca, sus discípulos lo siguieron.
- Mateo 8 v. 24
- De pronto se levantó una gran tempestad en el mar, tan fuerte que la barca era cubierta por las olas; pero él dormía.
- Mateo 8 v. 25
- Acercándose lo despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
- Mateo 8 v. 26
- Les dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué tenéis miedo? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo una gran bonanza.
- Mateo 8 v. 27
- Los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es este, a quien incluso los vientos y el mar obedecen?
- Mateo 8 v. 28
- Al llegar él a la otra orilla, al país de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados, que salían de los sepulcros, muy enfurecidos, de tal modo que nadie podía pasar por aquel camino.
- Mateo 8 v. 29
- Y gritaron, diciendo: ¿Qué hay entre nosotros y tú, Hijo de Dios? ¿Viniste acá antes de tiempo para atormentarnos?
- Mateo 8 v. 30
- Lejos de ellos se apacentaba una piara de muchos cerdos.
- Mateo 8 v. 31
- Los demonios le rogaron, diciendo: Si nos arrojas fuera, envíanos a la piara de cerdos.
- Mateo 8 v. 32
- Él les dijo: Id. Y ellos, saliendo, se fueron a los cerdos; y he aquí que toda la piara se precipitó por el despeñadero al mar, y murieron en las aguas.
- Mateo 8 v. 33
- Pero los que los apacentaban huyeron, y al llegar a la ciudad, lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados.
- Mateo 8 v. 34
- Entonces toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y al verlo, le rogaron que se retirara de sus territorios.
- Mateo 9 v. 1
- Entrando en una barca pasó a la otra orilla, y vino a su propia ciudad.
- Mateo 9 v. 2
- Entonces le trajeron a un paralítico tendido en una camilla; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
- Mateo 9 v. 3
- Algunos de los escribas dijeron dentro de sí: Este blasfema.
- Mateo 9 v. 4
- Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
- Mateo 9 v. 5
- Pues ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados son perdonados; o decir: Levántate y anda?
- Mateo 9 v. 6
- Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
- Mateo 9 v. 7
- Y habiéndose levantado se fue a su casa.
- Mateo 9 v. 8
- Al verlo, la multitud temió, y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
- Mateo 9 v. 9
- Pasando Jesús de allí, vio a un hombre, llamado Mateo, sentado en el banco de los tributos; y le dijo: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.
- Mateo 9 v. 10
- Sucedió que estando él reclinado a la mesa en la casa, que también muchos cobradores de impuestos y pecadores que habían llegado estaban reclinados a la mesa con Jesús y sus discípulos.
- Mateo 9 v. 11
- Al verlo los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué vuestro Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
- Mateo 9 v. 12
- Pero él, al oírlo, dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
- Mateo 9 v. 13
- Id, pues, y aprended qué significa: «Deseo misericordia, y no sacrificio» [Oseas 6:6]; porque no vine a llamar a justos, sino a pecadores.
- Mateo 9 v. 14
- Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan?
- Mateo 9 v. 15
- Jesús les dijo: ¿Acaso pueden estar de duelo los amigos del novio mientras el esposo está con ellos? Pero vendrán días en que el esposo les será quitado; y entonces ayunarán.
- Mateo 9 v. 16
- Nadie pone un remiendo de paño nuevo sobre un vestido viejo; porque el remiendo tira del vestido, y se hace peor el desgarrón.
- Mateo 9 v. 17
- Ni echan un vino nuevo en odres viejos; porque entonces se revientan los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; sino que echan el vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan juntos.
- Mateo 9 v. 18
- Mientras él hablaba se acercó un jefe de los judíos, y se postró delante de él, diciendo: ¡Mi hija acaba de morir, pero ven, y pon tu mano sobre ella, y vivirá!
- Mateo 9 v. 19
- Levantándose Jesús, lo seguía con sus discípulos.
- Mateo 9 v. 20
- Entonces una mujer, que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás, y tocó el fleco de su manto;
- Mateo 9 v. 21
- porque decía dentro de sí: Si solo toco su manto, seré sana.
- Mateo 9 v. 22
- Pero Jesús se volvió y la vio, y le dijo: ¡Ten ánimo, hija! Tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana desde aquella hora.
- Mateo 9 v. 23
- Llegando entonces Jesús a casa del jefe, y viendo a los flautistas, y al gentío que alborotaba,
- Mateo 9 v. 24
- dijo: Marchaos, porque la muchacha no murió, sino que duerme. Pero ellos se burlaban de él.
- Mateo 9 v. 25
- Cuando el gentío fue echado fuera, él entró, y la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.
- Mateo 9 v. 26
- Y se difundió esta noticia por toda aquella tierra.
- Mateo 9 v. 27
- Al salir Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten piedad de nosotros, oh Hijo de David!
- Mateo 9 v. 28
- Entrando en la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Le dijeron: Sí, Señor.
- Mateo 9 v. 29
- Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe, os sea hecho.
- Mateo 9 v. 30
- Sus ojos fueron abiertos. Pero Jesús les mandó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
- Mateo 9 v. 31
- Pero ellos saliendo, lo divulgaron por toda aquella tierra.
- Mateo 9 v. 32
- Al salir ellos, le trajeron un mudo, endemoniado.
- Mateo 9 v. 33
- Echado fuera el demonio, el mudo habló; y las gentes se asombraron, diciendo: ¡Nunca se vio cosa semejante en Israel!
- Mateo 9 v. 34
- Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.
- Mateo 9 v. 35
- Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
- Mateo 9 v. 36
- Al ver las multitudes, sintió compasión por ellas, porque estaban expoliadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor.
- Mateo 9 v. 37
- Entonces dijo a sus discípulos: Es cierto que la cosecha es mucha, pero los obreros son pocos;
- Mateo 9 v. 38
- rogad, pues, al Señor de la cosecha, que envíe obreros a su cosecha.
- Mateo 10 v. 1
- Tras llamar a sí a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para echarlos fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
- Mateo 10 v. 2
- Los nombres de los doce apóstoles son estos: El primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo el de Zebedeo y Juan su hermano;
- Mateo 10 v. 3
- Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el cobrador de impuestos; Jacobo el de Alfeo, y Tadeo;
- Mateo 10 v. 4
- Simón el zelote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
- Mateo 10 v. 5
- A estos doce envió Jesús, dándoles instrucciones, diciendo: No vayáis por camino de gentiles, ni entréis en ciudad de samaritanos;
- Mateo 10 v. 6
- sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
- Mateo 10 v. 8
- Sanad a los que están enfermos; resucitad a muertos; limpiad a leprosos; echad fuera demonios; gratuitamente recibisteis, dad gratuitamente.
- Mateo 10 v. 9
- No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre en vuestros cintos;
- Mateo 10 v. 10
- ni de bolsa para el camino, ni de dos túnicas, ni de sandalias, ni de bastón; porque el trabajador es digno de su alimento.
- Mateo 10 v. 11
- En cualquier ciudad o aldea que entréis, averiguad quién en ella es digno; y permaneced allí hasta que salgáis.
- Mateo 10 v. 12
- Al entrar en la casa, saludadla.
- Mateo 10 v. 13
- Si de veras la casa es digna, venga vuestra paz sobre ella; pero si no es digna, vuelva vuestra paz a vosotros.
- Mateo 10 v. 14
- Cualquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, al salir de aquella casa o ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
- Mateo 10 v. 15
- En verdad os digo que será más soportable para la tierra de Sodoma y de Gomorra en el día del juicio, que para aquella ciudad.
- Mateo 10 v. 16
- Yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, e inofensivos como palomas.
- Mateo 10 v. 17
- Guardaos de los hombres; porque os entregarán a los sanedrines, y en sus sinagogas os azotarán;
- Mateo 10 v. 18
- seréis llevados ante gobernadores y reyes por mi causa, para testificar delante de ellos y de los gentiles.
- Mateo 10 v. 19
- Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué habéis de decir; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de decir;
- Mateo 10 v. 20
- porque no sois vosotros quienes habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que habla en vosotros.
- Mateo 10 v. 21
- El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán.
- Mateo 10 v. 22
- Todos os odiarán por causa de mi nombre; pero el que haya aguantado hasta el fin, este será salvo.
- Mateo 10 v. 23
- Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo que no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel, hasta que venga el Hijo del hombre.
- Mateo 10 v. 24
- No está el discípulo por encima del maestro; ni el siervo por encima del señor.
- Mateo 10 v. 25
- Bástele al discípulo ser como su maestro, y al siervo ser como su señor; si al dueño de la casa le llamaron Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa!
- Mateo 10 v. 26
- Así pues, no los temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de saberse.
- Mateo 10 v. 27
- Lo que os digo en la oscuridad, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
- Mateo 10 v. 28
- No temáis a los que matan el cuerpo, pero que no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en la gehena.
- Mateo 10 v. 29
- ¿No se venden dos gorriones por un centavo? Y ni uno de ellos caerá a tierra sin que vuestro Padre lo permita.
- Mateo 10 v. 30
- Pero aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
- Mateo 10 v. 31
- Por tanto, no temáis; vosotros valéis más que muchos gorriones.
- Mateo 10 v. 34
- No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
- Mateo 10 v. 35
- Porque vine a poner en conflicto a un hombre contra su padre, a una hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;
- Mateo 10 v. 36
- y los enemigos del hombre serán los de su casa.
- Mateo 10 v. 37
- El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí;
- Mateo 10 v. 38
- y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
- Mateo 10 v. 39
- El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por mi causa, la hallará.
- Mateo 10 v. 40
- El que os recibe, a mí me recibe; y el que me recibe, recibe al que me envió.
- Mateo 10 v. 41
- El que recibe a un profeta como a tal, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo como a tal, recompensa de justo recibirá.
- Mateo 10 v. 42
- Cualquiera que dé a uno de estos pequeños tan solo un vaso de agua fría, en calidad de discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.