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Nuevo Testamento

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Lucas 12

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La levadura farisaica
Mateo 6:12; 10:16-39

1 Entretanto se había juntado una multitud de miles de personas, tantas que se pisoteaban unos a otros. Jesús comenzó a decir primero a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía; 2 porque nada hay encubierto que no se descubrirá; ni oculto que no se conocerá. 3 Por eso, lo que habéis dicho en la oscuridad, a la luz será oído; y lo que en las alcobas habéis hablado al oído, será pregonado desde las azoteas. 4 Pero yo os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. 5 Yo os enseñaré a quién debéis temer: Temed al que después de matar tiene poder para echar en la gehena; en verdad os digo: A él temed. 6 ¿No se venden cinco gorriones por dos centavos? Y ni uno de ellos está olvidado ante Dios. 7 Pero incluso los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. ¡No temáis; vosotros valéis más que muchos gorriones! 8 Os digo que todo el que me reconozca delante de los hombres, el Hijo del hombre también lo reconocerá delante de los ángeles de Dios. 9 Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 10 Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no le será perdonado. 11 Cuando os lleven ante las sinagogas, los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué responderéis o diréis; 12 porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel instante lo que debéis decir.

El rico insensato

13 Uno de la multitud le dijo: Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia. 14 Pero él le contestó: Hombre ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o repartidor? 15 Entonces les dijo: Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no está en la abundancia de sus bienes. 16 Entonces les dijo una parábola: Las tierras de cierto hombre rico habían producido mucho; 17 y él razonaba para sí, diciendo: ¿Qué haré? Porque no tengo donde almacenar mis frutos. 18 Y se dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré más grandes; y allí almacenaré todos mis productos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate. 20 Pero Dios le dijo: ¡Insensato! Esta noche tu alma te será reclamada, y lo que has acumulado ¿de quién será? 21 Así es el que atesora para sí, y no es rico para con Dios.

De camino a Jerusalén
Mateo 6:19-34

22 Y dijo a sus discípulos: Por tanto, os digo: No os preocupéis por vuestra vida, por lo que comeréis; ni por vuestro cuerpo, por lo que vestiréis. 23 Porque la vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen granero ni despensa, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! 25 Y ¿quién de vosotros, por mucho que se inquiete, puede añadir un codo a su estatura? 26 Pues si ni siquiera podéis hacer lo mínimo, ¿por qué os inquietáis por lo demás? 27 Considerad cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; y os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. 28 Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Así que no os preocupéis por lo que habéis de comer, o de beber, ni estéis inquietos. 30 Porque las gentes del mundo buscan todas estas cosas; y vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. 31 Antes, buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas.

El verdadero tesoro

32 No temas, pequeño rebaño, porque le ha agradado a vuestro Padre daros el reino. 33 Vended lo que poseéis y dad limosna; haceos bolsas que no envejecen, tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla destruye; 34 porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.

Feliz el siervo vigilante
Mateo 24:42-51; Marcos 13:33-37

35 Estén ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas; 36 y sed vosotros semejantes a hombres que esperan a que su señor regrese de las bodas; para que cuando llegue y llame, le abran al instante. 37 ¡Bienaventurados aquellos siervos a los que, llegando el señor, encuentre velando! En verdad os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa y, acercándose, les servirá. 38 Y si llega en la segunda o en la tercera vigilia, y los halla así, bienaventurados son aquellos siervos. 39 Pero esto sabed, que si el amo de casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, hubiera velado y no hubiera dejado forzar su casa. 40 Estad vosotros también preparados, porque el Hijo del hombre viene a la hora que no pensáis.

La recompensa de los fieles

41 Pedro entonces dijo: Señor, ¿dices esta parábola para nosotros, o también para todos? 42 El Señor dijo: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su servidumbre, para darles la ración a su tiempo? 43 Bienaventurado el siervo a quien su señor, cuando venga, encuentre haciendo así. 44 En verdad os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 45 Pero si aquel siervo se dice en su interior: Mi señor tarda en venir; y comienza a golpear a los criados y a las criadas, a comer, a beber y a embriagarse; 46 vendrá el señor de aquel siervo un día que no espera y a una hora que no sabe; y lo castigará con severidad, y le dará su parte con los infieles. 47 Porque el siervo que supo la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Pero el que no la sabía, e hizo cosas dignas de azotes, será castigado con pocos. Porque a todo aquel a quien se ha dado mucho, mucho se le exigirá; y a quien se le ha confiado mucho, más se le reclamará.

Jesús causa división
Mateo 10:34-42

49 Vine a echar fuego en la tierra, ¿y qué quiero, si ya está encendido? 50 Pero, tengo que ser bautizado con un bautismo, ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla! 51 ¿Pensáis que vine para dar paz en la tierra? Os digo que no, sino división. 52 Porque a partir de ahora estarán divididos cinco en una casa, tres contra dos, y dos contra tres. 53 Se dividirán padre contra hijo, e hijo contra padre; madre contra hija, e hija contra madre; suegra contra nuera, y nuera contra suegra.

54 Decía también a la multitud: Cuando veis una nube que surge en occidente, decís: Viene lluvia, y así sucede. 55 Y cuando sopla el viento del sur, decís: Hará calor, y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿y cómo no sabéis distinguir las señales de este tiempo? 57 ¿Y por qué también por vosotros mismos no juzgáis lo que es justo? 58 Cuando vas, pues, con tu adversario ante el magistrado, procura reconciliarte con él en el camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun el último centavo.

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