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Nuevo Testamento

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2 Tesalonicenses

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Capítulo 1

Destinatarios y saludo
Mateo 13:40-43; 25:30-46; 1 Tesalonicenses 1:2-7, 13-14

1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses, en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: 2 Gracia y paz a vosotros de Dios Padre y del Señor Jesucristo.

Progresos de los tesalonicenses a pesar de las persecuciones
Mateo 13:40-43; 25:31-46; Filipenses 1:3-6, 27-30; 1 Tesalonicenses 1:2-7

3 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo; porque vuestra fe crece mucho, y el amor mutuo de cada uno de todos vosotros aumenta; 4 de tal modo que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas las persecuciones y sufrimientos que soportáis; 5 clara señal de la justa apreciación de Dios, para que seáis considerados dignos del reino de Dios, por el cual también padecéis. 6 Porque es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, 7 y daros a vosotros, que sois afligidos, descanso con nosotros cuando se revele el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles, 8 en llamas de fuego, ejerciendo venganza sobre los que no conocen a Dios, y sobre los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Estos sufrirán el castigo de una perdición eterna, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando él venga para ser glorificado en sus santos y para ser, en ese día, admirado en todos los que creyeron; porque el testimonio que os dimos fue creído. 11 También por eso oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os juzgue dignos del llamamiento, y cumpla todo buen deseo de su bondad y toda obra de fe con poder; 12 para que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

Capítulo 2

La venida del Señor y lo que la precederá
Mateo 24; 1 Timoteo 4:11 Juan 2:18; 4:1-3

1 Pero os rogamos, hermanos, respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, 2 que no os dejéis alterar fácilmente en vuestro modo de pensar, ni os alarméis por una supuesta revelación, ni por mensaje, ni por carta, como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. 3 Nadie os engañe de ninguna manera; porque ese día no vendrá sin que venga primero la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición; 4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de adoración; de modo que se sienta en el templo de Dios, presentándose él mismo como Dios. 5 ¿No recordáis que estando aún con vosotros os decía estas cosas? 6 Y ahora sabéis lo que lo retiene, para que sea revelado a su propio tiempo. 7 Porque el misterio de la iniquidad ya está actuando; solo que el que ahora lo retiene, lo hará hasta que desaparezca de en medio. 8 Y entonces será revelado el inicuo (a quien el Señor Jesús matará con el espíritu de su boca, y destruirá con la manifestación de su venida), 9 cuya presencia es la obra de Satanás, con todo poder, y señales, y prodigios de mentira, 10 y con todo engaño de injusticia para los que se pierden, porque no aceptaron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto, Dios les envía una energía de error, para que crean a la mentira; 12 para que sean juzgados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Firmeza de los tesalonicenses
1 Pedro 1:2-9; 5:10-11

13 Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, porque Dios os escogió desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu y la fe en la verdad, 14 a la cual os llamó mediante nuestro evangelio, para obtener la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así pues, hermanos, estad firmes, y retened las doctrinas que os fueron enseñadas, sea por palabra o por carta nuestra. 16 Que nuestro mismo Señor Jesucristo, y nuestro Dios y Padre, quien nos amó y nos dio eterno consuelo y buena esperanza por gracia, 17 consuele vuestros corazones y os fortalezca en toda obra y palabra buena.

Capítulo 3

Exhortación a orar por el progreso del Evangelio
Romanos 15:30-321 Corintios 1:8-9Colosenses 4:3-4; Santiago 5:7, 8

1 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, como también sucede con vosotros; 2 y para que seamos librados de los hombres insensatos y malvados; porque no todos tienen la fe. 3 Pero fiel es el Señor, quien os fortalecerá y os guardará del maligno. 4 Y confiamos en el Señor acerca de vosotros, que lo que os encargamos lo hacéis y lo haréis. 5 Y que el Señor dirija vuestros corazones en el amor de Dios y en la paciencia de Cristo.

Advertencia contra el desorden
La necesidad de trabajar
1 Tesalonicenses 2:9-10; 4:1, 11-12

6 Hermanos, os encargamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que anda desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7 Pues vosotros mismos sabéis cómo debéis imitarnos, porque no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8 ni comimos de balde el pan de nadie; sino con afán y fatiga trabajamos noche y día para no ser una carga a ninguno de vosotros; 9 no porque no tengamos derecho, sino por daros a vosotros un modelo que imitar. 10 Porque incluso cuando estábamos con vosotros, esto os encargamos: Que si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos andan desordenadamente entre vosotros, sin trabajar en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno. 12 A estos les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo que, trabajando con serenidad, coman su propio pan. 13 Pero vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. 14 Y si alguno no obedece a lo que os decimos en esta carta, a este señalad, y no tengáis relación con él, para que se avergüence; 15 no le tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.

Saludos
2 Corintios 13:11-13

16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre y de toda manera la paz. El Señor sea con todos vosotros. 17 El saludo es de mi mano, Pablo, que es la señal en cada carta; así escribo. 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.

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