Concordancia
- Hechos 8 v. 6
- Y las multitudes, de común acuerdo, prestaron atención a las cosas dichas por Felipe, al oír y ver los milagros que hacía.
- Hechos 8 v. 7
- Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían, clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados.
- Hechos 8 v. 8
- Y había grande gozo en aquella ciudad.
- Hechos 8 v. 9
- Empero cierto hombre, llamado Simón, había estado en la ciudad antes de su llegada, ejerciendo la magia, y asombrando a la gente de Samaria, diciendo que él era un gran personaje:
- Hechos 8 v. 10
- a quien todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le eran adictos, diciendo: Este hombre es aquel poder de Dios que se llama Grande.
- Hechos 8 v. 11
- Y le eran adictos, por cuanto hacía mucho tiempo que los tenía asombrados con sus artes mágicas.
- Hechos 8 v. 12
- Mas cuando creyeron a Felipe, que les predicaba las buenas nuevas del reino de Dios, y el nombre de Jesucristo, fueron bautizados, así hombres como mujeres.
- Hechos 8 v. 13
- Y Simón mismo también creyó; y habiendo sido bautizado, allegóse a Felipe; y viendo las señales y los grandes milagros que se hacían, quedó asombrado.
- Hechos 8 v. 14
- Oyendo entonces los apóstoles que estaban en Jerusalem, que los de Samaria habían recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan;
- Hechos 8 v. 15
- los cuales habiendo descendido allá, oraron por ellos, a fin de que recibiesen el Espíritu Santo:
- Hechos 8 v. 16
- porque hasta entonces no había caído sobre ninguno de ellos: tan solo habían sido bautizados al nombre del Señor Jesús.
- Hechos 8 v. 17
- En seguida les impusieron las manos; y recibieron el Espíritu Santo.
- Hechos 8 v. 18
- Mas como viese Simón, que por la imposición de las manos de los apóstoles, se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
- Hechos 8 v. 19
- diciendo: Dadme a mí también esta potestad, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos, reciba el Espíritu Santo.
- Hechos 8 v. 20
- Mas Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, por cuanto has creído que con dinero se alcanza el don de Dios.
- Hechos 8 v. 21
- No tienes parte ni suerte en este asunto; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
- Hechos 8 v. 22
- Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega al Señor, si por acaso se te perdone el pensamiento de tu corazón;
- Hechos 8 v. 23
- porque percibo que estás aún en hiel de amargura, y en cadenas de iniquidad.
- Hechos 8 v. 24
- Simón entonces respondió y dijo: ¡Rogad vosotros por mí al Señor, para que no me sobrevenga ninguna de las cosas que habéis dicho!
- Hechos 8 v. 25
- Ellos pues, habiendo testificado y hablado la palabra del Señor, se volvieron a Jerusalem; y en muchas de las aldeas de los Samaritanos, publicaron las buenas nuevas.
- Hechos 8 v. 26
- Pero un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y vé hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem a Gaza: éste es un camino desierto.
- Hechos 8 v. 27
- Y levantándose, se fué: y he aquí un hombre de Etiopía, eunuco, valido de Candace, reina de los Etíopes, y superintendente de todo su tesoro, el cual había ido a Jerusalem para adorar;
- Hechos 8 v. 28
- e iba de regreso, y sentado en su carro, leía el profeta Isaías.
- Hechos 8 v. 29
- Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate, y júntate a este carro.
- Hechos 8 v. 30
- Corriendo pues Felipe hacia él, le oyó leer a Isaías profeta; y dijo: Y bien, ¿entiendes tú lo que vas leyendo?
- Hechos 8 v. 31
- A lo que dijo él: ¿Pues cómo podré, a menos que alguno me enseñe? Y convidó a Felipe que subiese y se sentase con él.
- Hechos 8 v. 32
- Y el pasaje de la Escritura que leía era éste: Como oveja, es conducido al matadero; y como el cordero es mudo delante del que le trasquila, así él no abre su boca.
- Hechos 8 v. 33
- En su humillación le es quitado su derecho: ¿y quién declarará su generación? porque su vida es quitada de la tierra.
- Hechos 8 v. 34
- Y respondiendo el eunuco a Felipe, dijo: Ruégote me digas ¿de quién dice el profeta esto? ¿de sí mismo, o de algún otro?
- Hechos 8 v. 35
- Y Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta Escritura, le predicó la buena nueva de Jesús.
- Hechos 8 v. 36
- Y prosiguiendo el camino, llegaron a cierta agua; y dijo el eunuco: ¡He aquí agua! ¿qué estorba, para que yo no sea bautizado?
- Hechos 8 v. 37
- [Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, bien puedes. Y él respondiendo, dijo: ¡Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios!]
- Hechos 8 v. 38
- Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, así Felipe como el eunuco: y le bautizó.
- Hechos 8 v. 39
- Y cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe: y el eunuco no le vió más. Y prosiguió su camino gozoso.
- Hechos 8 v. 40
- Pero Felipe fué hallado después en Azoto; y pasando por el país, predicó el evangelio en todas las ciudades, hasta llegar a Cesarea.
- Hechos 9 v. 1
- MAS Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fué al sumo sacerdote,
- Hechos 9 v. 2
- y le pidió cartas para Damasco, dirigidas a las sinagogas, para que si hallara a algunos de este Camino, ora fuesen hombres o mujeres, los trajese atados a Jerusalem.
- Hechos 9 v. 3
- Y yendo por el camino, sucedió que se acercaba ya a Damasco, cuando de repente resplandeció alrededor de él una luz desde el cielo;
- Hechos 9 v. 4
- y caído a tierra, oyó una voz que le decía: ¡Saulo! ¡Saulo! ¿por qué me persigues?
- Hechos 9 v. 5
- Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor respondió: ¡Yo soy Jesús, a quien tú persigues! [¡dura cosa te es dar coces contra el aguijón!
- Hechos 9 v. 6
- Y él, temblando y atónito, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:] Levántate, y entra en la ciudad, y allí te será dicho lo que debas hacer.
- Hechos 9 v. 7
- Y los hombres que caminaban con él se detuvieron, sin poder hablar, oyendo la voz, mas no viendo a nadie.
- Hechos 9 v. 8
- Levantóse pues Saulo de la tierra; y cuando abrió los ojos, no veía nada; y llevándole de la mano, le condujeron a Damasco.
- Hechos 9 v. 9
- Y estuvo tres días privado de la vista; y no comió ni bebió.
- Hechos 9 v. 10
- Mas había cierto discípulo en Damasco, llamado Ananías; y a éste le dijo el Señor en visión: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor.
- Hechos 9 v. 11
- Y el Señor le dijo: Levántate y vé a la calle que se llama Derecha, y pregunta. en casa de Judas por un hombre de Tarso, llamado Saulo: porque he aquí que está orando;
- Hechos 9 v. 12
- y ha visto a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él, para que vea.
- Hechos 9 v. 13
- Ananías empero respondió: Señor, he oído de parte de muchos respecto de este hombre, cuanto mal ha hecho a tus santos en Jerusalem:
- Hechos 9 v. 14
- y aquí también tiene potestad de parte de los jefes de los sacerdotes, para prender a todos los que invocan tu nombre.
- Hechos 9 v. 15
- Mas el Señor le dijo: Vé; porque éste mismo me es un vaso escogido, para llevar mi nombre delante de los gentiles, y de los reyes, y de los hijos de Israel;
- Hechos 9 v. 16
- porque yo le enseñaré cuantas cosas es menester que él sufra por causa de mi nombre.
- Hechos 9 v. 17
- Partió pues Ananías, y entró en la casa; y poniendo las manos sobre él, dijo: Saulo, hermano, el Señor, es decir, Jesús, que te apareció en el camino por donde viniste, me ha enviado a ti, para que recibas la vista, y seas lleno del Espíritu Santo.
- Hechos 9 v. 18
- Y al momento cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista: y levantándose, fué bautizado;
- Hechos 9 v. 19
- y habiendo tomado alimento, recobró las fuerzas
Y estuvo algunos días con los discípulos que había en Damasco. - Hechos 9 v. 20
- Y desde luego predicó a Cristo en las sinagogas, afirmando que éste es el Hijo de Dios.
- Hechos 9 v. 21
- Y todos los que le oían quedaron asombrados, y decían: ¿No es éste aquel que en Jerusalem destrozaba a los que invocan este Nombre? y aquí también había venido para esto mismo, para conducirlos atados ante los jefes de los sacerdotes.
- Hechos 9 v. 22
- Saulo empero cobró mayor fuerza, y confundió a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que éste es el Cristo.
- Hechos 9 v. 23
- Mas cuando se hubieron cumplido muchos días, los judíos tomaron el acuerdo de matarle;
- Hechos 9 v. 24
- pero su trama vino en conocimiento de Saulo. Y aun velaban las puertas, día y noche, para matarle.
- Hechos 9 v. 25
- Mas sus discípulos, tomándole de noche, le descolgaron por el muro, bajándole en una espuerta.
- Hechos 9 v. 26
- Y llegado que hubo a Jerusalem, procuraba unirse con los discípulos: y todos ellos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
- Hechos 9 v. 27
- Pero tomándole Bernabé, le trajo a los apóstoles, y les refirió cómo había visto al Señor en el camino, y que éste le había hablado; y cómo en Damasco había predicado denodadamente en el nombre de Jesús.
- Hechos 9 v. 28
- Y él estaba con ellos, entrando y saliendo, en Jerusalem,
- Hechos 9 v. 29
- predicando denodadamente en el nombre del Señor. Y hablaba y disputaba con los helenistas: mas ellos procuraban matarle.
- Hechos 9 v. 30
- Pero los hermanos, al conocer esto, le condujeron a Cesarea, y de allí le enviaron a Tarso.
- Hechos 9 v. 31
- Así pues la iglesia tuvo paz por toda la Judea y la Galilea y la Samaria, y fué edificada; y andando en el temor del Señor, y en el consuelo del Espíritu Santo, se iba aumentando.
- Hechos 9 v. 32
- Y aconteció que mientras Pedro caminaba por todas partes, descendió también a los santos que habitaban en Lidda.
- Hechos 9 v. 33
- Y halló allí a cierto hombre, llamado Eneas, el cual había guardado cama ocho años, y era paralítico.
- Hechos 9 v. 34
- Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y al instante se levantó.
- Hechos 9 v. 35
- Y le vieron todos los que habitaban en Lidda y en Sarona; y se convirtieron al Señor.
- Hechos 9 v. 36
- Había también en Joppe cierta discípula llamada Tabita; nombre que, traducido al griego, se dice Dorcas: esta mujer era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
- Hechos 9 v. 37
- Y aconteció que en aquellos días, habiendo enfermado, murió: y cuando la hubieron lavado, la pusieron en un aposento alto.
- Hechos 9 v. 38
- Y como Lidda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a suplicarle, diciendo: No te tardes en venir a nosotros.
- Hechos 9 v. 39
- Levantóse pues Pedro, y fué con ellos. Y cuando hubo llegado, le condujeron al aposento alto: y todas las viudas acudieron a él, llorando, y mostrándole las túnicas y los vestidos que había hecho Dorcas cuando estaba con ellas.
- Hechos 9 v. 40
- Mas Pedro, habiéndolas hecho salir a todas, se puso de rodillas y oró; luego, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos; y viendo a Pedro, se incorporó.
- Hechos 9 v. 41
- Y dándole la mano, la levantó: y habiendo llamado a los santos y a las viudas, la presentó viva.
- Hechos 9 v. 42
- Y esto fué conocido por toda la ciudad de Joppe, y muchos creyeron en el Señor.
- Hechos 9 v. 43
- Y Pedro se quedó muchos días en Joppe, hospedado con cierto Simón, curtidor.
- Hechos 10 v. 1
- Y HABÍA cierto hombre en Cesarea, llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana,
- Hechos 10 v. 2
- hombre piadoso y temeroso de Dios, con toda su casa, el cual daba muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre:
- Hechos 10 v. 3
- vió éste claramente, en visión, como a la hora nona del día, a un ángel de Dios, que entraba a donde él estaba, y le decía: Cornelio.
- Hechos 10 v. 4
- Y él, mirándole fijamente, y estando sobrecogido de temor, le dijo: ¿Qué es, Señor? Y él le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial delante de Dios.
- Hechos 10 v. 5
- Ahora pues envía hombres a Joppe, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro;
- Hechos 10 v. 6
- está hospedado con cierto Simón, curtidor, cuya casa está junto al mar: éste te dirá lo que debes hacer.
- Hechos 10 v. 7
- Y cuando se fué el ángel que le hablaba, llamó a dos de sus domésticos, y a un soldado piadoso, de aquellos que le asistían de continuo;
- Hechos 10 v. 8
- y habiéndoselo contado todo, los envió a Joppe.
- Hechos 10 v. 9
- Y al otro día, prosiguiendo ellos su camino, y acercándose ya a la ciudad, subió Pedro a la azotea, para orar, cerca de la hora de sexta.
- Hechos 10 v. 10
- Y tuvo hambre, y quiso comer: pero mientras se lo aderezaban, le sobrevino un éxtasis:
- Hechos 10 v. 11
- y vió el cielo abierto, y descendiendo cierto receptáculo, como si fuese un gran lienzo, que pendiente de sus cuatro puntas, bajaba a la tierra:
- Hechos 10 v. 12
- en el cual había toda clase de animales cuadrúpedos, y de reptiles de la tierra, y de aves del cielo.
- Hechos 10 v. 13
- Y vino a él una voz, que decía: Pedro, levántate, mata y come.
- Hechos 10 v. 14
- A lo que dijo Pedro: De ninguna manera Señor; porque nunca he comido cosa común o inmunda.
- Hechos 10 v. 15
- Y vino a él la voz, segunda vez, diciendo: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú común.
- Hechos 10 v. 16
- Y esto fué hecho tres veces: y luego el receptáculo fué recibido arriba en el cielo.
- Hechos 10 v. 17
- Y mientras Pedro estaba muy perplejo entre sí, sobre lo que hubiese de ser la visión que había visto, he aquí que los hombres que habían sido enviados por Cornelio, habiendo preguntado por la casa de Simón, estaban delante de la puerta;
- Hechos 10 v. 18
- y llamando, preguntaron si Simón, el que tenía por sobrenombre Pedro, estaba hospedado allí.
- Hechos 10 v. 19
- Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
- Hechos 10 v. 20
- Mas levántate, y desciende, y vé con ellos, sin vacilación; porque yo los he enviado.
- Hechos 10 v. 21
- Descendió entonces Pedro a donde estaban los hombres, y dijo: He aquí, soy yo a quien buscáis, ¿cuál es la causa por qué habéis venido?
- Hechos 10 v. 22
- Y ellos dijeron: Cornelio, un centurión, hombre justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio de parte de toda la nación de los judíos, tuvo respuesta de Dios, por medio de un santo ángel, que te hiciese venir a ti a su casa, y que escuchase de ti palabras.