Concordancia
- Eclesiastés 11 v. 3
- Si las nubes estuvieren cargadas de lluvia, se derramarán sobre la tierra; y si el árbol cayere hacia el sur, o hacia el norte, en el lugar donde cayere el árbol, allí mismo quedará.
- Eclesiastés 11 v. 4
- Quien observa el viento no sembrará; y el que mira las nubes no segará.
- Eclesiastés 11 v. 5
- Como no sabes cuál sea el camino del viento, ni cómo crecen los huesos en el seno de la que está encinta; así tampoco puedes conocer la obra de Dios, el cual lo hace todo.
- Eclesiastés 11 v. 6
- Por la mañana siembra tu simiente, y a la tarde no retires tu mano; por que no sabes cuál ha de prosperar, si esto o aquello; o si ambos a dos serán juntamente buenos.
- Eclesiastés 11 v. 7
- Verdaderamente dulce cosa es la luz, y grato es a los ojos ver el sol.
- Eclesiastés 11 v. 8
- Mas aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo de los días de tinieblas, que serán muchos. ¡Todo cuanto viene es vanidad!
- Eclesiastés 11 v. 9
- ¡Regocíjate, oh mancebo, en tu juventud, y alégrete tu corazón en los días de tu mocedad; y anda en los caminos de tu corazón, y en la luz de tus ojos; mas sabe tú que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio!
- Eclesiastés 11 v. 10
- Por tanto, aparta de tu corazón la congoja, y aleja de tu carne la maldad; ¡porque la niñez y la primavera de la vida son vanidad!
- Eclesiastés 12 v. 1
- ACUÉRDATE pues de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan aquellos días aciagos, y se acerquen aquellos años; de los cuales dirás: ¡No tengo ya complacencia en ellos!
- Eclesiastés 12 v. 2
- antes de que se obscurezca el sol, y la luz, y la luna, y las estrellas; y vuelvan las nubes tras la lluvia:
- Eclesiastés 12 v. 3
- día en que temblarán los guardas de la casa y se encorvarán los hombres robustos, y cesarán las que muelen, por ser pocas, y se ofuscarán las que miran por las ventanas;
- Eclesiastés 12 v. 4
- cuando se cerrarán las puertas que dan a la calle, por lo débil del sonido del molino; cuando se levantará a la voz del pájaro, y estarán abatidas todas las hijas de canción;
- Eclesiastés 12 v. 5
- se temerá también de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y el almendro echará sus blancas flores, y la langosta vendrá a ser una carga, y las ganas se acabarán; porque se va el hombre a su casa duradera, y los plañidores andarán por las calles:
- Eclesiastés 12 v. 6
- antes que se reviente el cordón de plata, y se quiebre el tazón de oro, y se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la polea junto al pozo;
- Eclesiastés 12 v. 7
- y el polvo torne al polvo como antes era, y el espíritu se vuelva a Dios, que lo dió.
- Eclesiastés 12 v. 8
- ¡Vanidad de vanidades! dice el Predicador ¡todo es vanidad!
- Eclesiastés 12 v. 9
- Y además, por cuanto era sabio el Predicador, siguió enseñando al pueblo la ciencia, y puso atención, y escudriñó, y compuso muchos proverbios.
- Eclesiastés 12 v. 10
- Procuró el Predicador hallar palabras que agradasen, y escribir, como se debe, palabras de verdad.
- Eclesiastés 12 v. 11
- Las palabras de los sabios son aguijones; y como clavos profundamente hincados son las palabras de los maestros de las asambleas, las cuales son dadas por parte de un solo Pastor.
- Eclesiastés 12 v. 12
- Y además, por estas palabras, hijo mío, sé amonestado: de hacer muchos libros no hay fin, y el mucho estudio es cansancio de la carne.
- Eclesiastés 12 v. 13
- Oigamos pues la conclusión de todo el asunto: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano.
- Eclesiastés 12 v. 14
- Pues que Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.