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Las palabras de oro del Evangelio de Dios


person Autor: Biblicom 60 (MT+JMD)

flag Tema: El alcance y la extensión de la salvación


1 - El estado desesperado de todos los hombres delante de Dios: pecadores, culpables, perdidos.

«Todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.» Génesis 6, versículo 5.

«Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.» Salmo 14, versículos 1 al 3.

«Todos pecaron.» Romanos 3, versículo 23; Romanos 5, versículo 12.

«Muertos en vuestros delitos y pecados.» Efesios 2, versículo 1.

«No hay justo, ni aun uno.» Romanos 3, versículo 10

2 - El Tribunal de Dios y el juicio: ¿absuelto o condenado?

«Pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.» Eclesiastés 11, versículo 9.

«Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.» Romanos 14, versículo 10.

«Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.» Hebreos 9, versículo 27.

 

Una necesidad: cambiar, dar media vuelta, una conversión

La conversión significa una media vuelta en el camino de la perdición y una vuelta hacia el Dios Salvador.

«Sino que anuncié… a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios.» Hechos 26, versículo 20.

3 - ¿Cómo escapar a la condenación?

«¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?» Hebreos 2, versículo 3.

«¿Y piensas esto, oh hombre…, que tú escaparás del juicio de Dios?» Romanos 2, versículo 3.

 

La manera que Dios ofrece para ser salvo: la fe en Jesucristo, en su obra cumplida en la cruz, y en la sangre de Jesucristo

«Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota.» Juan 19, versículo 17.

«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.» Isaías 53, versículo 5.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3, versículo 16.

«Sabemos que verdaderamente este (Jesús) es el Salvador del mundo, el Cristo.» Juan 4, versículo 42.

«De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.» Juan 5, versículo 24.

«Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.» Hechos 16, versículo 31.

«Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» Romanos 10, versículo 9.

«Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.» 1 Juan 1, versículo 7.

4 - ¿Puedo ganar el cielo con esfuerzos o con obras?

«Sois salvos…no por obras.» Efesios 2, versículo 9.

«Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho.» Tito 3, versículo 5.

5 - ¿Cómo obtener la salvación? Se nos ofrece gratuitamente. Dios ha enviado a su propio Hijo para salvarnos

«Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.» Romanos 3, versículo 24.

«Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.» Apocalipsis 21, versículo 6.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3, versículo 16.

6 - Un único nombre, un único recurso, un único medio, una única vía: Jesucristo

«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo… en que podamos ser salvos.» Hechos 4, versículo 12.

«Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.» Números 21, versículos 8 y 9. Esta imagen dada por nuestro Señor ilustra la mirada de fe que salvaba a los que se sentían perdidos cuando habían sido mordidos por serpientes ardientes.

«Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.» Juan 12, versículos 32 y 33. (La muerte de la cruz).

«Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado» Juan 3, versículo 14.

«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» Juan 14, versículo 6.

«Un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» 1 Timoteo 2, versículo 5.

 

Un cambio radical: Un nuevo nacimiento

El nuevo nacimiento es una obra interior necesaria para comenzar la vida cristiana, para entrar en el reino de Dios.

Es una obra del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios por la cual el hombre recibe a la vez una nueva vida, una nueva naturaleza que hace de él un hombre nuevo.

«Os es necesario nacer de nuevo.» Juan 3, versículo 7.

«El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.» Juan 3, versículo 5.

El agua: No es el bautismo cristiano que no existía cuando el Señor dijo esto. Este versículo habla de la necesidad de purificación moral y espiritual necesaria para el hombre según Ezequiel 36, versículos 25 y 26: «Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.» Es la palabra de Dios que es viva y operante según Hebreos 4, versículo 12, la cual produce esta purificación.

El Espíritu de Dios al actuar con y a través de la palabra de Dios lleva las almas de la muerte a la vida.

«Él… nos hizo nacer por la palabra de verdad» Santiago 1, versículo 18.

«Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.» Juan 15, versículo 3.

«Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.» 1 Pedro 1, versículo 23.

«El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.» Juan 6, versículo 63.

Siempre es por el Espíritu de Dios y a través de la palabra de Dios que una persona pasa de la muerte a la vida, no hay otro medio posible.

7 - Un paso obligado: El arrepentimiento

El arrepentimiento: Es la tristeza que un hombre sufre a causa de sus pecados con el dolor de haber ofendido a Dios.

«Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.» Hechos 17, versículo 30.

«Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.» Salmo 32, versículo 5.

«Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos.» Salmo 51, versículos 2 al 4.

 

Su necesidad:

«Arrepentíos, y creed en el evangelio.» Marcos 1, versículo 15

«Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.» Lucas 15, versículo 7.

«Su benignidad te guía al arrepentimiento.» Romanos 2, versículo 4.

8 - Un paso obligatorio: La confesión

La confesión significa reconocer una falta, nuestra culpa delante de Dios.

«Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.» Hechos 19, versículo 18.

La confesión significa también declarar públicamente nuestra fe.

«Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» Romanos 10, versículo 9.

9 - Una salvación completa: El perdón de los pecados, la justificación, la reconciliación, la certeza

9.1 - El perdón (o remisión): Dios borra los pecados del culpable por la fe en solo Jesucristo.

«Tus pecados te son perdonados.» Mateo 9, versículo 2.

«Tus pecados te son perdonados.» Lucas 7, versículos 45 al 48.

«Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas» Romanos 4, versículo 7.

«Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.» Efesios 4, versículo 32.

«Perdonándoos todos los pecados» Colosenses 2, versículo 13.

«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» 1 Juan 1, versículo 9.

9.2 - La justificación: Dios declara que considera como JUSTO un pecador que ha creído (por la fe) en Jesucristo.

«Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.» 1 Corintios 6, versículo 11.

«Justificados por la fe.» Gálatas 3, versículo 24.

«La justicia que es de Dios por la fe» Filipenses 3, versículo 9.

«Justificados por su gracia» Tito 3, versículo 7.

9.3 - La reconciliación: El pecador que antes consideraba a Dios como a su enemigo, a partir de ahora tiene una relación de gozo con Él.

La necesidad: «Reconciliaos con Dios.» 2 Corintios 5, versículo 20.

«Siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo.» Romanos 5, versículo 10.

9.4 - ¿Puede un creyente perder la salvación? Tener certezas

Si somos un verdadero hijo de Dios, lo somos por la eternidad; la vida que poseemos es eterna.

«Nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.» Juan 10, versículos 28 al 30.

«Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (…) Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones» Hebreos 10, versículos 14 al 17.

«En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados» Efesios 1, versículo 7.

Es una «eterna redención» Hebreos 9, versículo 12.

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» Romanos 5, versículo 1.

10 - Un hombre nuevo: El hombre en Cristo – Dios nos ve como si viera a Cristo

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» Romanos 8, versículo 1.

«Santificados en Cristo Jesús» 1 Corintios 1, versículo 2.

«Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús» 1 Corintios 1, versículo 30.

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es» 2 Corintios 5, versículo 17.

«Un hombre en Cristo» 2 Corintios 12, versículo 2.

«Pero ahora en Cristo Jesús» Efesios 2, versículo 13.

 

El Espíritu Santo vive a partir de ahora en el creyente y le comunica una nueva naturaleza divina. El Espíritu Santo permite entonces al creyente ser victorioso de su vieja naturaleza, mala, y lo libera prácticamente del pecado.

«¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» 1 Corintios 6, versículo 19.

«Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.» Romanos 8, versículo 2.

«Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.» Gálatas 5, versículo 16.

11 - Nuestro estado según Efesios 2, versículo 1, 8-10: Antes, Ahora, Después

Antes:

«Estabais muertos en vuestros delitos y pecados» Efesios 2, versículo 1.

Ahora:

«Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríeEfesios 2, versículos 8 y 9.

Después:

«Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.» Efesios 2, versículo 10.

Este orden no puede invertirse. Es triste ver un gran número de personas sinceras que esperan por sus buenas obras ganar un lugar al lado de Dios. Sin embargo, qué alegría saber que, cuando vamos a Jesús, Él ya preparó para nosotros una vida rica en buenas obras que podemos gozar.

12 - ¿Qué quieren decir las expresiones «familia de Dios», «adopción»?

El creyente considera a partir de ahora a Dios como a un Padre. Forma parte de su familia, es como adoptado.

«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» Juan 1, versículo 12.

13 - ¿Cuál es la esperanza del creyente hoy? La venida del Señor es la esperanza segura del creyente

El retorno del Señor para tomar a los suyos con Él se denomina «la bienaventurada esperanza» en Tito 2, versículo 13.

«No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» Juan 14, versículos 1 al 3.

«Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.» 1 Tesalonicenses 4, versículos 15 al 18.

  • El Señor desciende del cielo.
  • Los creyentes que estaban muertos resucitan.
  • Los creyentes vivos son transmutados.
  • Todos los creyentes son llevados juntos en las nubes.
  • Los creyentes encuentran al Señor en el aire.
  • El Señor toma a los suyos y los lleva a la Casa del Padre.
  • Los rescatados están por la eternidad con el Señor.

Anexos

Algunos temas útiles para los creyentes repartidos por temas

Anexo 1 - La vida cristiana práctica

La vida cristiana práctica (1)

La separación del mal y del mundo

«Absteneos de toda especie de mal.» 1 Tesalonicenses 5, versículo 22.

«No os unáis en yugo desigual con los incrédulos.» 2 Corintios 6, versículo 14.

«Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo.» 2 Corintios 6, versículo 17

«Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.» 2 Corintios 7, versículo 1.

«Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas.» Efesios 5, versículo 11.

«Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.» 2 Timoteo 2, versículo 19.

Adorar a Dios: Es el único digno de la adoración de los hombres

«Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.» Juan 4, versículo 23.

«A él sea la gloria por los siglos.» Romanos 11, versículo 36.

«¡Gracias a Dios por su don inefable!» 2 Corintios 9, versículo 15.

Llevar fruto

«El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto.» Juan 15, versículo 5.

«En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto.» Juan 15, versículo 8.

Servir sólo al Señor

«Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.» Lucas 16, versículo 13.

«Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos.» Hechos 20, versículo 19.

«(sirviendo) como siervos de Cristo […] sirviendo de buena voluntad.» Efesios 6, versículos 6 y 7.

Esperar Su venida

«Y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.» Lucas 12, versículo 36.

La vida cristiana práctica (2)

Las pruebas (o tribulaciones)

«Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.» Hechos 14, versículo 22.

«Bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.» Santiago 5, versículo 11.

«En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.» 1 Pedro 1, versículos 6 y 7.

«Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.» Hebreos 11, versículo 36.

La tentación

«Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.» Santiago 1, versículo 12.

«Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» Santiago 1, versículos 14 y 15.

«Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.» Hebreos 2, versículo 18.

Alejarse / Apartarse / Pecar

«No te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren.» Deuteronomio 17, versículo 11.

«Desviándose algunos.» 1 Timoteo 1, versículo 6.

«Se extraviaron de la fe.» 1 Timoteo 6, versículo 10.

«Que se desviaron de la verdad.» 2 Timoteo 2, versículo 18.

«Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.» 1 Juan 3, versículo 4.

Volver a Dios a través de la confesión

«Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos.» Salmo 51, versículo 4.

«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» 1 Juan 1, versículo 9.

Anexo 2 - ¿Qué quiere decir “Iglesia” o “Asamblea de Dios” para los escritores bíblicos?

La asamblea (o Iglesia) corresponde a todos los creyentes comprados por la sangre de Cristo, desde la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, hasta la venida del Señor para llevar a su Iglesia.

«Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.» Mateo 16, versículo 18.

«Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.» Efesios 2, versículos 20 al 22.

En este intervalo de tiempo, la Asamblea de Dios está compuesta por todos los verdaderos cristianos, conocidos por Dios, que viven en un momento dado en la tierra.

«Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.» Romanos 12, versículo 5.

«Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.» 1 Corintios 12, versículo 12.

La asamblea local está compuesta por todos los verdaderos creyentes que viven en una ciudad. Es la parte local de la Asamblea universal, del cuerpo de Cristo.

«A los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso.» Efesios 1, versículo 1.

«A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos.» Filipenses 1, versículo 1.

Reunión efectiva de creyentes alrededor del Señor, en un lugar dado.

«Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» Mateo 18, versículo 20.

«Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.» 2 Timoteo 2, versículo 19.

Anexo 3 - Definición de varios términos o expresiones bíblicas:

La redención

Es la compra al precio de un rescate y luego liberación. La redención del creyente, antes esclavo del pecado, es eterna y fue obtenida por la sangre de Cristo.

«Habiendo obtenido eterna redención.» Hebreos 9, versículo 12.

«Fuisteis rescatados[…] con la sangre preciosa de Cristo.» 1 Pedro 1, versículos 18 y 19.

La remisión de los pecados

Es el perdón de los pecados.

La propiciación

Es el sacrificio de la cruz por el cual Jesús hizo al Dios santo propicio (favorable, bien dispuesto, indulgente) al hombre pecador. Esta obra permite a Dios recibir con gracia al pecador.

(Ser) santo: es ser puesto a parte para Dios. En cuanto a la posición delante de Dios, el creyente es santo o santificado.

«Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.» 1 Corintios 1, versículo 30.

«Ya habéis sido santificados.» 1 Corintios 6, versículo 11.

«Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.» Hebreos 10, versículo 14.

La santidad

El sinónimo es la consagración, ponerse a parte para Dios. Todo creyente es un santo, está puesto a porte para Dios por la obra de la redención.

El mundo

Esta palabra tiene varios significados según el contexto.

Puede designar la creación o la tierra:

«En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.» Juan 1, versículo 10.

Puede designar la humanidad, todos los hombres:

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3, versículo 16.

«El Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.» 1 Juan 4, versículo 14.

También puede designar el sistema constituido por la humanidad bajo el dominio de Satanás, el “jefe de este mundo”; de ese mundo se dice:

«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.» 1 Juan 2, versículo 15.

El cielo

El espacio que se extiende sobre nuestras cabezas y que forma una especie de bóveda circunscrita por el horizonte; la atmósfera.

«La lluvia de los cielos.» Génesis 8, versículo 2.

«Las aves del cielo.» Daniel 4, versículo 21.

El espacio infinito en el cual se mueven los astros.

 

«Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años.» Génesis 1, versículo 14.

 

La estancia o morada de Dios y de los bienaventurados, la felicidad y el gozo eterno.

«Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.» Lucas 23, versículo 43.

«Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.» Marcos 16, versículo 19.